Me encontraba solo en el parque de floralia en la ciudad de Cali, pensando en una forma de sacar a mi familia de la pobreza y darles una mejor calidad de vida.
Algunos de mis tíos lo intentaron, pero por el camino de la vida fácil, vendiendo droga, traficando la misma y otras cosas ilegales.
Me crié en un ambiente donde la droga, la prostitución y robar era algo normal. Pero por alguna razón yo no quería tener esa vida que tan normal como respirar me parecía, Gracias a Dios mi madre me enseño que era lo bueno y lo malo y siempre tuve en cuenta todo lo que me enseño.
A medida que el tiempo pasaba sabia más cosas y tenía más amistades que se criaron en el mismo entorno que yo, y un día estábamos jugando a policías y ladrones, después del juego tanto correr nos dio hambre y como no teníamos con que comprar a un “amigo” ir a robarle al viejito de la esquina que tenía una tienda, yo no quería, pero al ver que todos estaban decididos hacerlo cambie de opinión.
Así que nos fuimos a robarle al viejito de la tienda, unos lo distraían mientras que otros sacábamos papas, gaseosa y mucha chuchería para comer, pero ocurrió un problema y fue nos demoramos mucho y el señor se dio cuenta, todos mis amigos escaparon, pero desafortunadamente el señor me logro agarrar.
El señor me sostuvo hasta que llegara la policía, al llegar la policía me llevaron a mi casa a contarle a mi familia lo que yo había hecho.
Al llegar a casa mi abuela abrió la puerta y pensó que habían agarrado a algunos de mis tíos, pero se llevó la sorpresa cuando me entregaron a mí.
Después que paso todo eso, no me pude sentar bien en una semana sin sentir dolor.
Luego de tremenda paliza ya n me quedaron ganas de volver a hacerlo.
Tiempo después nos venimos para Cúcuta porque mi mama no quería que yo estuviera más en ese ambiente, me aleje de todos mis “amigos” y familiares.
Al llegar me sentí muy solo, después de un tiempo mi mama me matriculo en una escuelita, el primer día del colegio algunos se me acercaron a hablarme y a formar una amistad conmigo, pero yo no quería nada porque seguía enojado porque nos habíamos mudado y dejamos todo lo que amábamos.
Al pasar el tiempo me di cuenta que no nos habíamos alejado de todo lo que amábamos, sino que nos alejamos para proteger lo que mi mama más amaba, cuando lo pensé y entendí, lloré como un bebe recién nacido porque mi madre decidió alejarse de todo lo que le gustaba y todo lo que amaba por mí.
Los años pasaron y ya me estaba acostumbrando a vivir solo con mi madre, ya tenía “amigos” en el colegio y en el barrio, pero ahora el problema era que no me veía tanto con mi mama porque se la pasaba trabajando, entraba a las 7:00 a.m y salía a las 11:00 p.m a veces salía hasta más tarde de lo previsto, mi mama me dejaba en la casa de una señora la cual le pagaba para que me cuidara.
Mi mama siempre me dejaba comido o con 2 mil pesos para la media tarde, pero nunca probé o gasté lo que mama me dejaba para comer porque la señora que me cuidaba se comía y se gastaba todo lo que me dejaban.
Mi mama se dio cuenta y busco a otra señora para que me cuidara, me sentía triste y solo porque ya no veía mucho a mi mama, hasta que un día me acorde que ella me dijo “Hay que adaptarse a la situación para vivir bien” así que me acostumbré a estar un poco apartado de mi mama.